Últimamente, se ha vuelto común que me llamen para trabajar con equipos que, pese a ser de alto rendimiento, no están alineados hacia una aspiración común o una visión compartida. Y una de las frases que más escucho de los gerentes de reporte directo al CEO, y hasta de este último, es “no entendemos por qué nuestra segunda línea no termina de llevarse bien, si nosotros tenemos tan buenas relaciones en el comité”.
Es aquí dónde empieza el problema.
Y es que trabajar como un equipo con visión compartida no solo es llevarse de manera políticamente correcta o el evitar ser frontales y aparentar una armonía (que por detrás es distinta). Contar con una visión compartida es más que ello, y hoy quiero centrarme en un aspecto fundamental para lograrlo, pero que nos parece tan básico y lógico, que terminamos olvidando lo importante que es, estoy hablando del poder de nuestras conversaciones y la comunicación abierta que debemos tener en nuestros equipos de liderazgo.
No compliquemos nuestras relaciones
Por ejemplo, en espacios como los comités de gerencia es habitual encontrar líderes que no se atreven a decir abiertamente si están de acuerdo o no con algún proyecto o estrategia, o a presentar los propios con todos sus detalles por temor a un boicot solapado y sutil, pero boicot, al fin y al cabo.
También he experimentado casos en el que el CEO me ha dicho directamente “durante la reunión no dicen nada al otro gerente, pero cuando termina, empieza el desfile por mi oficina para decirme que no están de acuerdo con algo que vieron”.
Son estos tipos de situaciones que me recuerdan algo sobre las relaciones humanas: son siempre retadoras, pero las complicamos más de lo que deberíamos por ego, por costumbre y por miedo a no ser “aceptados”.
El camino es conectar
El secreto de tener buenas relaciones no es solo comunicar, eso podría hacerlo cualquiera, el verdadero secreto es conectar, y eso es un don que ejercen pocos, pero que se puede adquirir con práctica y sobre todo con ganas.
Es por ello que hoy me nace dejarles algunos tips sencillos para que los practiquen en cuanto puedan:
1) Lo primero, seamos conscientes y recordemos frecuentemente la responsabilidad enorme que tienen los líderes de primera línea sobre el resto de la organización, en términos de dar el ejemplo, de mostrarse alineados para inspirar a que los demás los sigan.
2) Siempre empecemos los comités de gerencia recordando la razón de ser del mismo, que es trabajar como un equipo de alto rendimiento hacia una Visión Compartida y meta comunes.
3) En los espacios de reunión, tengamos agendas ordenadas y comunicadas previamente en las que se tenga tiempo suficiente para exponer, pero siempre dejando espacio para preguntas y opiniones. En caso seas tú el que lidera la presentación, pregunta abiertamente qué opinan tus compañeros de sala y no te tomes personal el feedback.
4) Abramos las conversaciones y las críticas siempre desde el respeto y empezando por lo positivo. Es esencial cuidar el tono que usamos, encontremos mecanismos para gestionarnos emocionalmente, pausemos para tomar aire o simplemente vayamos por un vaso de agua. Todo es válido.
5) Deja ya los mails y WhatsApp interminables, solo nos entrampan, en lugar de ello, utilicemos el teléfono o tomemos un café juntos y hablemos abiertamente. Regalemos también unos minutos para hablar de temas personales, para empatizar.
6) Para ti, CEO: si después de la reunión vienen hacia ti con alguna queja… pregúntales por qué no hablaron en su momento y motívalos a que resuelvan juntos sus diferencias, evita ser un CEO paternalista que resuelve el tema, mejor invítalos a que traigan una solución consensuada.
Finalmente, recordemos todos que, en la oficina, en la casa y en todo lugar se lidera principalmente con el ejemplo.
¡Gracias por leerme y que tengan una buena semana!
Rocío.