Hoy en día, escuchar reskilling o “reciclaje profesional” es cada vez más frecuente en el mercado laboral. La acelerada transformación digital que trajo la pandemia obligó a las compañías a transformar sus modelos de negocios para mantenerse vigentes, y con ello, la necesidad de contar con profesionales con ciertas habilidades y competencias que les permita adaptarse a este nuevo contexto.
De hecho, en el reciente informe del Foro Económico Mundial señala que el 50% de los trabajadores necesitará volver a capacitarse y adquirir nuevas competencias para cubrir los puestos de trabajos que se crearán producto del avance tecnológico. Pues según advierten en los próximos años se establecerán 97 millones de nuevos puestos, por lo que estar actualizado en las nuevas tendencias del mercado laboral será clave para no perder oportunidades profesionales.
Pero, ¿cuáles son esas habilidades que nos permitirá adaptarnos a esta realidad? Desde mi experiencia profesional y académica, he logrado identificar que no solo necesitas capacitarte en competencias relacionadas al entorno digital, sino que también las habilidades blandas como trabajo en equipo, liderazgo, proactividad, empatía y la capacidad para resolver problemas y conflictos; serán claves para hacer frente a la automatización y desarrollar soluciones innovadoras dentro de cada compañía.
Incluso, un estudio de la compañía PageGroup revela que el 90% de los ejecutivos en Latinoamérica afirma que existe una mayor demanda de perfiles con fuertes habilidades blandas. Sin embargo, es importante que las empresas asuman un rol participativo en este proceso si quieren formar un equipo de alto rendimiento, capaz de salir a flote ante cualquier adversidad.
Pues se sabe que los equipos de alto rendimiento suelen tener mejores resultados porque unifican y potencian los conocimientos, habilidades y experiencias de un número de personas que van en una misma dirección. Por eso, como organizaciones no solo se trata de exigir, pedir resultados o definir las metas, sino también de re-entrenar a sus equipos, comprometerse en ser un actor de cambio para guiar a sus colaboradores a lo largo de esta transformación digital.
Todas las empresas ya sean grandes, medianas o pequeñas, están constituidas por personas; evitar la deshumanización es un enfoque de alto interés pues si solo se consideran como simples piezas de recambio. Dentro de una empresa, por ejemplo, es contraproducente para la constitución de una sólida cultura organizacional centrarse no solo en el cliente, sino en las personas que están dentro quienes realmente hacen que las cosas sucedan.
Por ello, resulta indispensable adquirir nuevas habilidades si aspiras a crecer dentro de una empresa o trasladarte a nuevas áreas de trabajo. El profesional 4.0 debe tener un enfoque transdisciplinario e innovador, capaz de aplicar sus conocimientos, métodos y competencias actitudinales para identificar el qué y el cómo desarrollar soluciones creativas en las diferentes industrias y negocios que lo necesitan para continuar siendo relevantes.