Durante años las empresas y empresarios siempre se habían enfrentado a los desafíos de gestión y liderazgo de sus compañías contra todo pronóstico en todas partes del mundo, pero no para enfrentarse a la Covid-19.
Nada los preparó para hacer frente a un desafío tan grande que supuso esta dura enfermedad. Muchos tuvieron que hacer un quiebre para tomar decisiones difíciles y elegir entre cerrar sus negocios o adaptarse a nuevos modelos que les permitan seguir adelante.
Entonces, es preciso preguntarnos ¿Se puede hablar de resiliencia empresarial en este contexto? Déjame decirte que SÍ. Ahora más que nunca debemos potenciar esta habilidad para lidiar con eficacia con las contingencias y adversidades que supone ser un líder capaz de esquivar y sobreponerse velozmente a los problemas.
Un informe de Global Crisis Survey 2021, de PriceWaterhouseCoopers (PwC), señala que solo el 20% de gerentes encuestados de 29 sectores en 73 países, aseguró estar mejor situación antes que la pandemia. Si nos preguntamos ¿Por qué? La respuesta cae de madura, las organizaciones señalaron que sus posiciones eran más sólidas durante la pandemia porque sus líderes se enfocaron en prestar atención a la resiliencia.
Con esta evidencia, nos queda más que claro que la resiliencia es un detonante de procesos de previsión y planeación dentro de las empresas para que sigan produciendo aún en tiempos de adversidad. Más aún, cuando se proyectan a largo plazo hacia al horizonte estratégico con el objetivo de garantizar la sobrevivencia de sus equipos y de sí mismas.
Hoy, muchas empresas del mundo que han iniciado sus actividades con más éxito que antes movidos por la resiliencia que ha alcanzado todos los ámbitos y niveles organizacionales con un fuerte compromiso hacia la proactividad y productividad.
Además, desde mi propia experiencia puedo contarles que dirijo una agencia de producción de eventos presenciales corporativos nacionales e internaciones que también se vio afectada por la pandemia. En un abrir y cerrar de ojos todos los proyectos planificados desaparecieron.
Es así que en medio de esa adversidad tenía dos caminos: ceder a la adversidad o enfrentarme a ella. En mi interior una voz decía que no podía dejar algo que amaba hacer y no podía dejar a mi equipo sin trabajo en el peor momento de todos.
Por eso, tomé la decisión de reinventarme, me reuní con mi equipo y decidimos dar el salto hacia los espectáculos digitales. Les juro que fue un desafío enorme, pero el compromiso de todos ayudó a que el barco se mantuviera a flote y hoy seguimos dando lo mejor de nosotros, atendiendo a más clientes y haciéndoles sentir satisfacción por cada evento virtual desarrollado con éxito.
Entonces, como ven, he vivido en carne propia esta situación tan compleja. La adversidad me ha enseñado que ninguna empresa y líder está exento de sufrir una crisis empresarial, menos en esta pandemia. Pero es momento de demostrar que se puede mantener la calma y hallar soluciones inmediatas haciendo a un lado la negatividad y la preocupación.
Asimismo, vale dejar en claro que un líder o empresario resiliente es importante para su equipo, su empresa y su país. Promoverla es el único camino que tenemos para preparar estrategias corporativas adecuadas para enfrentar la adversidad con el único objetivo de no afectar su desarrollo y productividad.
La resiliencia es la expresión de la capacidad de una organización para responder con eficacia ante la incertidumbre. Una organización empoderada con esta habilidad tiene capacidades estratégicas que la ayudarán a reaccionar con rapidez, flexibilidad y agilidad ante los cambios inesperados de su entorno.
Finalmente les dejo una pequeña reflexión: “adquirir la habilidad de prever, de reaccionar ágilmente ante los problemas y adaptarse a situaciones complejas tiene un precio, pero el costo de no anticiparse y ser resiliente podría ser mucho más alto.” Ahora, piensa, decide y actúa sobre lo que quieres para ti y tu empresa.