Hoy quiero hacer una pausa y reflexionar, rápidamente, sobre algunos aprendizajes laborales que me ha dejado este primer año de pandemia en el que nos ha tocado vivir. Increíble caer en cuenta que ya llevamos poco más de un año sumergidos en un mundo en el que jamás nos imaginamos habitar. Un mundo en él que se restringió la libertad a todo nivel. Un mundo en el que dejaron de existir las oficinas, el bullicio y las risas de pasillo. Un mundo en donde lo incierto pasó a ser el plato de cada día, solo basta con revisar tus redes sociales para comprender que nadie está a salvo y que todo está cambiando en un abrir y cerrar de ojos.
Mejor salón de clases para aprender, que este en el que estamos viviendo, no creo que exista. Entonces, además de estar de espectadores, ¿te parece si nos ponemos los lentes de observadores y reflexionamos sobre algunas de las grandes lecciones que todo esto nos deja?
Aquí 5 lecciones en mi rol laboral como marketera en medio de una pandemia.
- No te conformes con un “no se puede”.
Si algo nos ha demostrado esta crisis es que podemos todo. Podemos llevar a toda la empresa a sus hogares para que trabajen en remoto y aun así no perder productividad ni amilanar los resultados del negocio, algo que era inimaginable hace un par de años atrás.
Todo se puede, el asunto es que dejemos a un lado los prejuicios, gravemente enraizados muchas veces, y que pasemos a reformular las preguntas del cómo hacer las cosas diferentes para lograr ese resultado esperado.
2. Podemos vivir en virtualidad, pero necesitamos experiencias presenciales.
Sí, claro que estamos haciéndolo bien en este escenario virtual, pero necesitamos (y a gritos) recuperar en algo nuestro mundo presencial. Como seres humanos que somos, necesitamos la cercanía, el contacto y la experiencia 360 que nos da el mundo físico. Si bien es cierto somos más productivos en las oficinas virtuales (más horas de trabajo vs menos distracciones), éramos más felices en la convivencia laboral en nuestros cubículos. Creo que apenas se pueda debemos de buscar un punto medio entre ambos mundos, sacar la mejor ecuación de lo vivido hasta ahora.
3. No necesitamos tanto. (Simple pero revelador, ¿no?)
Esto aplica a todo, tanto al trabajo como a la vida personal. En esta pandemia nos dimos cuenta que no necesitamos de tanto, de tanto gasto, de tanta ropa, de tanta inversión publicitaria, de tanta distracción, de tanta oficina, de tanta bulla. La vida se nos hizo más simple y básica. Nos necesitamos vivos, sanos y ágiles en mentalidad, lo suficientemente flexibles como para cambiar la forma de ver la vida (porque todo, absolutamente todo cambió).
4. Aprender siempre será necesario.
No hay más excusas, si antes no podías estudiar algo por un tema de distancia y lejanía, o falta de tiempo, esta pandemia no solo nos trajo todo lo negativo que vemos, sino también la oportunidad de romper las barreras y alimentar tu mente con nuevos skills. Hoy todo el conocimiento que siempre has querido tener está a un click de ti. Seguir aprendiendo se ha vuelto más necesario que nunca. Nuestros puestos laborales están en plena transformación y lo que nos enseñaron en muchos casos ya dejó de servir. Necesitamos actualizarnos y aprender más, un poco más de todo.
5. Hazte las preguntas clave.
Cuestiona todo. Todo a nuestro alrededor está cambiando, nadie tiene las respuestas finales, ni tu profesor, ni tu jefe. La historia se está re escribiendo. La forma como se han venido haciendo las cosas, está mutando, si es que ya no funcionan más. No des por sentado nada, ni te creas saber todas las respuestas, porque considero que hoy el más inteligente y exitoso será aquel que reta la forma habitual de ejecutar y resolver los problemas. Sé curioso y no tengas miedo de opinar.