La llegada del metaverso no ocurrirá de la noche a la mañana. Pero, es necesario allanar el terreno para la construcción de estos espacios virtuales, con el fin de que sean seguros para las personas.
La pandemia de la COVID-19 nos obligó a insertarnos en un ambiente virtual que hasta entonces muchos desconocían. Transcurridos dos años, ahora, el mundo digital se prepara para dar un salto aún más ambicioso, con el desarrollo del metaverso. Se trata de un conjunto de espacios virtuales que permitirán a las personas realizar compras, prueba de productos o servicios, consultas de información, entre otras laboresde una manera más interactiva y en escenarios tridimensionales donde podrán moverse en tiempo real. ¿Cómo se prepara el mundo y, sobre todo, el Perú para este nuevo escenario?
Origen y crecimiento
Podemos ubicar el germen del metaverso en los videojuegos. Desde hace años, muchos jugadores emplean avatares para representarse dentro de ambientes virtuales donde interactúan entre sí. Esta tendencia motivó a la construcción actual de espacios digitales donde las personas puedan construir una nueva identidad, dialogar con sus amigos e, incluso, realizar compras bajo una experiencia más inmersiva.
Muchas empresas ya compraron terrenos en el metaverso y se preparan para su eventual popularización. Por ejemplo, Wallmart impulsa la creación de tiendas virtuales donde los avatares puedan comprar los productos que deseen. Gracias a un sistema de pago que también acepta criptomonedas y un eficiente sistema de delivery, pueden cubrir hasta la última milla de la experiencia de compra.
A su vez, los avatares ya ganan protagonismo en las redes sociales. Un ejemplo conocido es Lu do Magalu, una influencer considerada la humana virtual con más visibilidad en el mundo y que recientemente acaba de ganar el premio Cannes Lion Oro en la categoría Redes e Influencia. Si bien su alcance se limita a Brasil, de donde es originaria, su cuenta de Instagram abarca casi seis millones de seguidores y destaca porque divulga productos de la tienda Magazine Luiza (Magalu), una de las mayores redes de comercio minorista en Brasil. Otro caso similar es Lil Miquela, modelo virtual que trabaja con marcas como Prada o Calvin Klein.
Cuestiones sobre el futuro
A pesar de que el desarrollo del metaverso eleva las expectativas de crecimiento del comercio electrónico, también genera muchos cuestionamientos sobre la percepción de las personas respecto de sus propios avatares y de los demás. No tenemos la certeza de que cada usuario se comportará e interactuará en un espacio virtual de la misma forma que lo hace en el mundo real o si se mantendrán sus hábitos de consumo.
Esta situación nos conduce a otra duda aún más preocupante: ¿Cómo podemos asegurarnos de que un usuario digital es, en verdad, quien dice ser en el mundo real? En esa línea, queda pendiente definir los sistemas de seguridad que se implementarán para que los metaversos sean espacios cómodos y amigables para todo el mundo, sobre todo si se permitirá el acceso a menores de edad.
Un tercer punto que se debe tomar en cuenta es si los metaversos realmente se perfilarán como espacios inclusivos y de fácil acceso para todo el mundo. Recordemos que algunos entornos digitales exigen contar con equipos de realidad virtual (RV), cuyos precios pueden ser demasiado elevados para la mayoría de personas. De ser así, hablaríamos más bien de escenarios exclusivos o selectivos, lo cual reduciría su sostenibilidad.
El Perú tiene que preparar el terreno para la eventual llegada del metaverso. En primer lugar, es necesario educar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes en el uso de los equipos necesarios para acceder estos espacios, interactuar entre sí y con los otros objetos en estos entornos digitales, y las medidas de seguridad que deben tomar.
En segundo lugar, es necesario adecuar la normativa actual para impulsar el desarrollo seguro del metaverso en el mercado peruano, con todas las medidas de seguridad necesarias para evitar el filtrado de la información personal de los usuarios.
Los cuestionamientos y preguntas que surgen son variadas, pues la evolución y masificación del metaverso no está definida. No obstante, el reflexionar sobre su desarrollo permitirá que tanto los gobiernos, las empresas y claro está las personas estén mejor preparadas para enfrentar su llegada, con las respectivas oportunidades y amenazas que tendrá.