Según el estudio realizado por Omnicom Media Group, 5 de cada 10 peruanos esperan que las marcas tomen acción en problemas de índole social y medioambiental. Buscan, además, que las empresas contribuyan principalmente en temas como la educación y concientización sobre el empoderamiento femenino y transparencia de la información, el fomento del emprendimiento, cuidado de mascotas y promoción de la vida saludable, reducción de la huella de carbono, la lucha contra la violencia, entre otros.
En línea con ello, sabemos que en el dinámico ámbito del marketing empresarial, donde las estrategias competitivas y los objetivos de rentabilidad a menudo dominan la conversación, podemos tender a caer en el cortoplacismo y perder de vista la construcción de la marca pensando en el futuro. Es así que, como líderes en la industria del marketing, tenemos una oportunidad única y una gran responsabilidad para impulsar un cambio positivo en la sociedad y el planeta.
Por ello, dentro de la vorágine del día a día, vale la pena detenernos un momento y preguntarnos si nuestro negocio u operación está generando el impacto positivo que nosotros deseamos y que el cliente espera. Preguntas como ¿estamos promoviendo hábitos y aplicando medidas de reducción en favor del planeta?, ¿somos coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos?, ¿estamos involucrando a nuestros clientes, trabajadores, consumidores, proveedores y aliados en este proceso?, etc.
Sin duda, hoy todos buscamos ofrecer a nuestros consumidores productos o servicios de gran calidad, pero además que dejen una huella positiva en las personas y el planeta. Pero más allá de ser una plena declaración o una moda, es importante adoptar prácticas comerciales éticas y sostenibles, alineadas con el propósito y valores de la compañía, y con objetivos y compromisos concretos. Ejemplos hay muchos, pero lo más importante para alcanzar buenos resultados, más que grandes presupuestos, es la coherencia, la determinación y el involucramiento de todas las áreas y niveles.
Finalmente, debemos creer firmemente que hacer lo correcto, tanto para las personas como para el planeta, es fundamental para el éxito a largo plazo de cualquier empresa. Hacer marketing responsable implica comprometernos con un futuro más sostenible para todos. Nuestro éxito no solo se medirá en términos de ganancias, sino también en términos de nuestro legado e impacto que dejamos a las generaciones que siguen. Porque empezando por pequeñas acciones, podemos generar grandes cambios en conjunto.