Me considero una early adopter. Quiero saber todo sobre lo último en tecnología. Investigo y sigo de cerca las nuevas tendencias y lanzamientos. Pero también, tengo un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Lo que me lleva a investigar a fondo la empresa y el producto que piense comprar, no sólo porque probablemente se trate de un producto costoso como un celular, una laptop o un dispositivo VR. Entonces sí, naturalmente evalúo precios. Pero además, examino aspectos como la sostenibilidad de la cadena de suministro, las prácticas laborales y la huella de carbono que genere o haya generado lo que voy a adquirir.
Pero no estoy sola en este mundo. Según un informe de Nielsen, el 66% de los consumidores a nivel mundial están dispuestos a pagar más por productos y servicios que provengan de empresas comprometidas con la sostenibilidad. Un estudio de Accenture encontró que el 62% de los consumidores globales quiere que las empresas tomen una posición sobre los problemas sociales, culturales, ambientales y políticos actuales.
En Newman Business Review, también encontramos un estudio realizado en 2023 que determina que las prácticas de marketing ecológico influyen significativamente en la intención de compra de los millennials en Lima Metropolitana. El 76.6% de los participantes mostró una fuerte intención de compra de productos ecológicos.
Entonces, quienes nos encontramos dentro de este perfil, al comprar un dispositivo tecnológico, un aparato electrónico o eléctrico, por lo menos deberíamos revisar estos aspectos:
- Eficiencia energética: Busca dispositivos con etiquetas de eficiencia energética, como ENERGY STAR o similares. Estos productos consumen menos energía y pueden ayudarte a reducir tu huella de carbono y la cuenta del recibo de energía eléctrica.
- Materiales sostenibles: Investiga si el fabricante utiliza materiales reciclados o sostenibles en la construcción del dispositivo. Algunas marcas usan plásticos reciclados, metales reciclados o materiales biodegradables.
- Huella de carbono: Consulta las políticas de sostenibilidad del fabricante y su compromiso con la reducción de emisiones de carbono. Opta por marcas que se esfuerzan por reducir su impacto ambiental en todas las etapas del ciclo de vida del producto.
- Programas de reciclaje: Asegúrate de que el fabricante tenga programas de reciclaje y recuperación de productos antiguos. Algunas marcas ofrecen servicios de recogida y reciclaje de dispositivos usados.
- Longevidad y reparabilidad: Este aspecto es clave. Prioriza dispositivos que sean duraderos y fáciles de reparar. Consulta la puntuación de reparabilidad del producto y verifica si hay repuestos disponibles. Un dispositivo que dure más tiempo reducirá la necesidad de reemplazos frecuentes.
- Certificaciones ambientales: Busca certificaciones ambientales reconocidas, como TCO Certified, EPEAT o UL ECOLOGO. Estas certificaciones garantizan que el producto cumple con ciertos estándares de sostenibilidad y responsabilidad social.
- Fabricantes con compromiso social: Investiga si la empresa tiene iniciativas sociales, como programas de responsabilidad social corporativa (RSC), condiciones laborales justas y prácticas éticas en su cadena de suministro.
- Impacto de la distribución: Considera el impacto ambiental de la distribución del dispositivo. Algunas empresas están adoptando prácticas más sostenibles en sus procesos de transporte y logística.
Recientemente, hice este ejercicio en la evaluación de compra de una nueva laptop. Revisé una serie de marcas y encontré una que superó mis expectativas.
Esta marca se llama ASUS. No la conocía muy bien pero encontré que desde 2017, ha utilizado en sus dispositivos más de 1,500 toneladas de plástico reciclado de residuos generados por consumidores finales (Post-Consumer Recycled). Además, la empresa ha incorporado plásticos provenientes de redes de pesca y botellas de plástico recuperadas del océano, contribuyendo a la protección de los ecosistemas marinos.
Así también, ha adoptado energía renovable en sus operaciones, con el objetivo de utilizar el 100% de energía renovable en sus centros de operaciones en Taiwán para 2030 y en sus centros globales para 2035.
En cuanto a la eficiencia energética de sus productos, la empresa también cumple con los estándares ENERGY STAR. Además, ha recibido certificaciones como EPEAT y RoHS, que aseguran que sus productos cumplen con altos estándares ambientales y de salud pública.
La sostenibilidad no solo se limita a los productos finales, sino que también abarca la cadena de suministro. La marca ha implementado prácticas de adquisición sostenible, asegurando que sus proveedores también cumplan con estándares ambientales y de derechos laborales. Además la empresa es miembro de la Alianza de Negocios Responsables (RBA), lo que garantiza que los procesos de la cadena de suministro cumplan con normas ambientales y de seguridad laboral.
Cabe resaltar que trabajan exclusivamente con fundiciones libres de conflictos, lo que garantiza que los minerales utilizados en sus productos no contribuyen al sufrimiento humano ni a conflictos armados. Para ello, la empresa realiza auditorías periódicas y evaluaciones de riesgo en su cadena de suministro, colaborando estrechamente con otros líderes del sector y la Responsible Minerals Initiative. Estos esfuerzos aseguran una trazabilidad rigurosa de los materiales y promueven mejores prácticas de abastecimiento responsable.
Esta marca ha demostrado que es posible combinar innovación tecnológica con responsabilidad ambiental y social. Claro está, depende de que seamos más, los consumidores que busquemos este tipo de proveedores que compartan estos valores, contribuyendo así a un futuro más sostenible para todos.