La primera fake news de la historia contemporánea fue publicada por el periódico neoyorquino “The Sun” en 1835 e informaba acerca de una supuesta civilización en la Luna. Hubo tres factores que ayudó a que la noticia tenga gran impacto: la aparición de la prensa de alta capacidad, el bajo costo de los diarios y los nuevos medios de transporte, como trenes y barcos a vapor, que superaban la rapidez de los caballos.
Las actuales fake news son más persistentes y virales al contar con canales digitales de divulgación rápida. Las redes sociales permiten a los usuarios que sean productores y consumidores de contenidos a la vez, facilitando la difusión de mensajes engañosos, falsos o fabricados.
Las redes sociales y las fake news
Los usuarios de redes sociales son más propensos a creer en información errónea o que no está verificada, debido a que la cultura de la inmediatez influye en la percepción de la calidad de la información y su difusión.
“El diseño actual de las plataformas de redes sociales, en las que hay disponible una amplia variedad de contenido y los usuarios reciben comentarios sociales rápidos sobre lo que comparten, puede distraer a las personas de considerar la precisión de la información”, Gordon Pennycook, experto en ciencias del comportamiento.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Regina (Canadá), realizó un estudio relacionado con los titulares. Se encontró que los titulares verdaderos se calificaron como precisos con más frecuencia que los titulares falsos. Sin embargo, las personas tenían el doble de probabilidades de compartir titulares falsos, pero que concordaban políticamente con sus ideas, que de calificarlos como precisos.
Basado en estos resultados, podemos afirmar que dirigir sutilmente la atención hacia la precisión aumenta la calidad de las noticias compartidas. Es por esto que, las personas comparten más fake news centran su atención en factores distintos a la veracidad, por ejemplo, en cuestiones de índole política.
X: la resistencia
X es considerada, por excelencia, una plataforma orientada al consumo de noticias. Según un artículo publicado en la revista New Media & Society, los usuarios de esta plataforma cuentan con una educación superior a la media con una mayor tendencia a buscar noticias y participar en debates políticos.
X podría reducir la circulación de información no verificada o fake news respecto a otras redes sociales, como Facebook o YouTube, dado que gracias a su propia estructura, puede desacreditar rápidamente los contenidos conspirativos con información de mejor calidad o con el gran volumen de quienes están dispuestos a saltar rápidamente y corregir percepciones erróneas.