Por: Eduardo Acuña, CEO de Butik.ai
El e-commerce cross-border ha revolucionado la manera en que las empresas pueden expandir sus horizontes sin necesidad de abrir tiendas físicas ni salir de sus fronteras. Hoy en día, gracias a la tecnología y la innovación, es posible acceder a mercados globales y ofrecer productos a consumidores de todo el mundo.
Según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece), en 2023, el comercio transfronterizo alcanzó un 23% del volumen total de ventas en Perú, con expectativas de un crecimiento continuo que podría superar el 27% hacia 2030, demostrando que la globalización del comercio digital es una tendencia imparable. Este crecimiento resalta el potencial de alcance de los mercados internacionales y la necesidad de adaptarse a las particularidades de cada región, entender a los consumidores e invertir en soluciones tecnológicas robustas para gestionar pagos y mitigar riesgos de fraude.
A pesar de las oportunidades que el comercio electrónico transfronterizo ofrece a las pymes peruanas, muchas de ellas aún se encuentran ante desafíos significativos que pueden obstaculizar su expansión global. El comercio internacional, aunque atractivo, requiere de una visión estratégica y una preparación meticulosa para enfrentar las barreras logísticas, las diferencias culturales y las complejidades regulatorias. Para las pequeñas y medianas empresas, el salto a los mercados globales implica no solo una ampliación de sus horizontes, sino también un cambio en su enfoque operativo y estratégico.
En primer lugar, los costos logísticos y el manejo de envíos internacionales pueden ser una barrera considerable. Si bien la venta de productos fuera de las fronteras nacionales representa una oportunidad, los altos costos de envío, los tiempos de entrega prolongados y la complejidad de las devoluciones internacionales son factores que deben ser gestionados con gran cuidado. Las alianzas logísticas locales son esenciales para garantizar un proceso ágil y eficiente, pero encontrar socios fiables fuera del país sigue siendo un reto para muchas empresas peruanas.
Por otro lado, las diferencias en las regulaciones y aduanas de cada país son otra capa de complejidad. No todas las naciones tienen las mismas normas para importación, y los aranceles e impuestos pueden variar enormemente, lo que puede afectar los márgenes de ganancia. A esto se suma la necesidad de manejar correctamente la documentación, como facturas y declaraciones aduaneras, que puede resultar engorrosa si no se tiene el conocimiento adecuado.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, las pymes que logran superar estas barreras y establecer estrategias de internacionalización bien pensadas tienen un vasto campo de oportunidades por delante. Para ello, deben optar por soluciones tecnológicas que les permitan integrar diversos métodos de pago locales y optimizar su presencia en plataformas internacionales. Además, una estrategia de marketing bien adaptada y una correcta localización del producto son claves para asegurar que el consumidor internacional confíe en la marca.
El comercio electrónico cross-border no es un camino exento de desafíos para las pymes peruanas, pero con una adecuada estrategia de internacionalización y una inversión inteligente en infraestructura tecnológica, es posible aprovechar al máximo esta oportunidad global. El futuro es prometedor para aquellas que sepan adaptarse a los cambios y abrazar la digitalización como una vía para la expansión internacional.