Por Augusto Ayesta, CEO de Trend.pe
Las relaciones públicas (PR) no se tratan de ventas directas, pero crean las condiciones necesarias para que las ventas ocurran de manera natural. En estos años como consultor en PR, muchas veces he escuchado de mis prospectos y clientes la misma pregunta: «¿Cómo nos ayudará el PR a vender más?». La respuesta, aunque no es directa, es clave para entender el verdadero poder del PR. Si bien las ventas no son el objetivo final del PR, la estrategia detrás de las relaciones públicas establece una base sólida de confianza y visibilidad que, en última instancia, facilita las ventas. De eso hablé un poco en una columna de opinión recientemente publicada en este espacio.
Imagínate una cena en un restaurante. Te sientas y disfrutas de una comida excelente, pero rara vez piensas en todo el trabajo que hay detrás de cada plato: la selección de ingredientes, las técnicas de cocción, la presentación. Lo único que te importa es el resultado final: una experiencia gastronómica placentera. El PR funciona de manera similar. No impulsa ventas directas, pero crea las condiciones que, a largo plazo, hacen que el consumidor confíe en tu marca y esté listo para comprar cuando el momento sea adecuado.
El PR no se enfoca en la venta inmediata como lo haría la publicidad pagada, sino en generar confianza, visibilidad y una buena reputación. Este enfoque sutil, pero estratégico, es lo que ayuda a las marcas a establecer una imagen positiva en la mente del público. Con herramientas como el freepress, menciones en medios y relaciones con influencers, el PR amplía la visibilidad de la marca, preparándola para ese momento en que el consumidor decida realizar una compra. Es un juego a largo plazo donde, aunque los resultados no se miden en ventas inmediatas, estas sí llegan como un subproducto de una estrategia bien ejecutada.
El freepress, una de las herramientas más poderosas del PR, es una forma de aumentar la credibilidad de una marca. Cuando un medio de comunicación confiable menciona positivamente tu producto, los consumidores lo perciben como más fiable, lo que genera confianza y puede influir en su decisión de compra. Este tipo de menciones no es simple suerte, es el resultado de una estrategia de PR sólida, basada en la construcción de relaciones y en la creación de contenido relevante y valioso para los medios y sus audiencias.
Sin embargo, aquí entra un aspecto clave: los límites de influencia. A diferencia de un anuncio pagado, donde tienes control total sobre el mensaje, el PR no te garantiza ese control. Los medios pueden modificar o ajustar el contenido según sus criterios editoriales, lo que significa que la marca puede influir solo hasta cierto punto. Una vez que la información está en manos de los periodistas, el control sobre la narrativa se reduce significativamente. Esto es algo que las marcas deben entender: el PR no se trata de controlar el mensaje, sino de influir en cómo la marca es percibida.
El PR también tiene un papel crucial en la educación del consumidor. A menudo, las personas no compran un producto porque no lo entienden completamente. Aquí es donde el PR actúa como un educador. A través de contenido informativo, como notas de prensa o artículos en medios
confiables, las marcas pueden aclarar malentendidos, explicar las características y beneficios de sus productos y eliminar barreras que impidan la compra.
En resumen, aunque el PR no se enfoca en la venta directa, es una herramienta indispensable para generar las condiciones adecuadas que eventualmente impulsan las ventas. La confianza, la visibilidad y el posicionamiento de productos son aspectos que, si se gestionan correctamente, llevan a los consumidores a tomar decisiones de compra más informadas y seguras.
Por lo tanto, si tu objetivo es fortalecer la visibilidad y mejorar la percepción de tu marca, el PR podría ser un buen aliado.