Detrás de un gran bar hay una gran experiencia y detrás de esta, muchísimo trabajo. Carnaval es uno de esos bares a los que entras con una expectativa y termina siendo largamente superada en una experiencia llena de sorpresas. No en vano este bar peruano es reconocido como el primer y único bar dentro de la prestigiosa lista The World ‘s 50 Best Bars desde el 2018.
Recientemente, recibí una invitación de Carnaval que nos hablaba del mundo imaginario de Lanfranco Díaz y del origen de los guardianes del Perú, decía “Alquimia IV”. Ahí empezó la conexión emocional, pues fue en pleno mes de julio, mes patrio y especialmente significativo, dada la coyuntura nacional.
Una vez en el lugar, nos presentaron a Lanfranco Diaz, un personaje ficticio que encarna a un historiador y antropólogo peruano que dedicó su vida a la búsqueda de la verdad y quien, durante sus viajes, descubre a los guardianes del Perú. Se trata de ocho seres místicos y míticos que protegen diferentes regiones del país. Esta narrativa, además de ingeniosa, es completamente verosímil y le otorga a la propuesta el sentido de pertenencia. Esos mitos y leyendas a través de los que hemos aprendido la historia de las culturas peruanas, desde que éramos niños.
Cada uno de estos seres, inspiran la creación de cócteles, cada uno de ellos representando una región, ingredientes específicos y, por supuesto llevando sus nombres: “Shadi” (Caral), “Gastón” (Lima Metropolitana), “Koffi” (Cajamarca), “Raymi” (Cusco), “Ayahuasca” (Loreto), “Sócrates y Platón” (Madre de Dios), “DJ Momo” (Arequipa), “Gaia” (Ancash). Además de la calidad de cada preparación, la vajilla diseñada especialmente para cada cóctel, es una pieza de arte en sí. Toda una cátedra en innovación y creatividad.
Detrás del Mito y la Leyenda
El nombre del personaje ficticio Lanfranco Díaz, nace de la fusión del apellido de Aaron Díaz, director creativo y fundador de Carnaval, y Rafael Lanfranco, quién diseñó físicamente a los personajes, junto a Edi Mérida, reconocido escultor quien dio vida a las piezas (esta parte del trabajo tomó aproximadamente seis meses).
“El Mundo Imaginario de Lanfranco Díaz” es resultado de un arduo trabajo de alrededor de dos años, liderado por Aaron Diaz, que involucró a más de 60 profesionales, entre bartenders, cocineros, personal de salón, aliados estratégicos, escultores, diseñadores y expertos en marketing.
Vale la pena vivir la experiencia y repetirla.