Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland y especialista en Dirección Comercial del PAD
En lo que va del año, el consumo global está condicionado por la inflación, la recesión económica y los conflictos geopolíticos. América Latina mostrará caídas en el consumo y su crecimiento estará por debajo del desempeño global según el Banco Mundial (BM); mientras que, en Estados Unidos, desde la FED, pronostican elevar previsión de crecimiento económico. Por su parte, Asia crecerá impulsada por India y su clase media emergente, según el BM. La desaceleración será global, el impacto será heterogéneo, con regiones como Perú y Latam especialmente afectadas.
¿Este escenario impactará en un largo plazo en el consumidor? Fuera del panorama económica, dependerá de las industrias y la demografía. WGSN, una empresa global de pronósticos de tendencias futuras en varios sectores como moda, diseño, marketing, retail y negocios, elaboró el Informe “El Consumidor del Futuro 2025”. En él reporta algunos los cambios en la cultura, los estilos de vida de los consumidores, innovaciones tecnológicas, patrones de consumo y estrategias comerciales que se vienen dando en medio de este contexto inflacionario y cambio social. Entendiendo las brechas culturales y sociales entre los países del primer mundo y el nuestro, la investigación proyecta patrones que con el paso del tiempo se pueden ir visualizando en nuestro país.
El reporte clasifica a los consumidores por estilos y formas de ser. Un llamativo y nuevo segmento identificado es el de los Nuevos Nihilistas (personas sin creencias, valores ni propósitos). Ellos se sienten abrumados por los problemas globales y han perdido la fe en que los gobiernos o instituciones puedan resolverlos. El 57% se considera abrumado por la crisis del costo de vida. Buscan alegría y libertad distanciándose de las expectativas sociales y encontrando nuevos significados.
Otro grupo son los denominados Reduccionistas. Ellos intentan reducir sus interacciones a una escala más humana, tras adoptar la conveniencia digital durante la pandemia. El 64% ha comprado más productos locales para apoyar a su comunidad. Busquen el cuidado de los demás y la integridad en las marcas.
El informe reporta identifica otro segmento llamado los Guardianes del Tiempo. Son aquellos que se oponen a la cultura de las redes sociales e invierten su tiempo en experiencias enriquecedoras. El 79% considera que el bienestar es una prioridad. Buscan servicios que les ahorren tiempo y modelos flexibles de propiedad.
Los Pioneros son aquellas personas que prosperan con el cambio y las nuevas ideas. Viven entre el mundo físico y digital. El 57% de ellos quiere que se sustituyan plazas de estacionamiento por más zonas verdes. Necesitan soluciones para mejorar el mundo físico y virtual.
Afines a estas formas de ser, el informe reporta patrones comunes. Empezando por la desilusión con la democracia que sienten los millennials, vemos una generación escéptica con las estructuras de poder tradicionales. Los problemas globales los abruman, y buscan nuevos significados alejándose de las normas establecidas. El auge de la conveniencia digital durante la pandemia, por otro lado, ahora hace que muchos busquen reconectarse con sus comunidades y reducir las interacciones a escala más humana. Quieren marcas con integridad y que apoyen causas locales.
Algunos consumidores dan mayor valor a su tiempo, oponiéndose a la cultura de las redes sociales y enfocándose en experiencias enriquecedoras. Buscan flexibilidad y servicios que optimizan su día a día. Están ávidos de cambio en el entorno físico y virtual. Impulsan soluciones para problemas reales y están en sintonía con las tecnologías emergentes.
El envejecimiento de la población traerá nuevas necesidades y oportunidades económicas. La longevidad incentivará estilos de vida más saludables, donde el entretenimiento es muy valorado.
Destaca también la creciente conciencia ambiental, con metas para reducir emisiones en industrias como la textil. Los consumidores exigirán cada vez más sostenibilidad. En resumen, el consumidor del futuro seguirá evolucionando constantemente. La clave para las marcas será entender a los diversos grupos emergentes, sus valores y aspiraciones; para así desarrollar estrategias ágiles que permitan satisfacer sus cambiantes demandas.
Mantenernos atentos a las tendencias sociales y tecnológicas será esencial. Pero, sobre todo, será vital conectar de forma genuina con los anhelos de los consumidores. Las marcas y empresas que logren adaptarse y desarrollen propuestas relevantes para ellos, lograrán destacarse en este panorama tan dinámico. El cambio seguirá siendo la única constante.