Las últimas generaciones han transformado la manera de pensar en muchos ámbitos, pero sobre todo en la manera de entender la vida. La apertura cultural trae consigo nuevas formas de vivir y, al único modelo válido hace unos años (padre/madre/niño/vivienda/coche/niños), le han surgido competidores.
No únicamente la opción de ser una persona independiente, también otras alternativas a vivir el amor que eran impensables. Aquí el marketing y los medios tienen mucho que ver, por ejemplo, programas como First Date en la televisión española ayudan mucho a todo esto sin darnos cuenta.
Esto se da porque las personas se sienten más libres y empoderadas para decidir su forma de vida. Hay muchos aspectos en nuestras vidas donde no podemos elegir y no tenemos poder de decisión, pero aquí sí.
Antes veíamos la soltería como algo negativo, un tabú, algo de lo que huir porque generaba un alto desprestigio, ya no solo a la persona en cuestión, sino también a la familia, cosa que se intensificaba si además eras mujer. Ahora esto ha cambiado por completo. La soltería es poder, libertad, independencia, sexualidad diversa, autoconocimiento, etc. Eso sí, debemos entender esta fotografía desde diferentes prismas: las personas que están solteras y quieren estar solteras y las personas que están solteras, pero desearían dejar de serlo.
La adaptación de la economía y el marketing a los solteros: «los singles»
Desde el punto de vista del marketing es obvio que sí. Es un trayecto secuencial, pero la multiplicación de opciones individuales o envases con menor número de unidades que podemos encontrar en el supermercado antes era impensable. Las ofertas 3×2 están destinadas a familias, quizás a una persona que viva sola no le es atractiva.
De ahí, a casi cualquier ámbito, como los viajes, el ocio enfocado a personas solteras, etc. Eso sí, este tipo de opciones para solteros incluso pueden ser más costosas porque la vida todavía está hecha para personas que convivan mínimo en pareja. Es mucho más cara la vivienda, la comida o incluso, la declaración de la renta con beneficios fiscales al matrimonio, etc.
El cambio cultural siempre va por delante de la vida económica, quizás vayamos observando cambios en este sentido en los próximos tiempos, porque muchas personas solteras se ven “obligadas” a tomar decisiones que quizás no preferirían, como compartir la vivienda.
Hay que tener en cuenta, que aspectos como el acceso a la vivienda, marca mucho la decisión y la vida de las personas que están solteras, sea cual sea el porqué, debido al coste de la vida en un sistema que penaliza ser soltero y favorece la vida en pareja. Ya no solo en cuanto a la vivienda, costear suministros, compra de bienes de consumo, fiscalidad, etc., sino también a la vida laboral o al hecho de tener hijos (porque ahora sí, tener hijos fuera de una estructura familiar tradicional es posible y reconocido socialmente). Quizás la primera, la vida laboral, sea una ventaja ser soltero, pero lo segundo totalmente no, pudiendo repercutir precisamente en aspectos laborales, acceso a vivienda o alquiler, etc.