Hace un par de meses, Netflix sacó una docuserie muy interesante: «The Playbook». 5 episodios con entrenadores de diversos deportes (entre ellos el brutal Mourinho) que se abren con mucha honestidad para que conozcamos toda su pasión por el deporte y sus mantras para llevar más allá a la persona que existe detrás de cada deportista.
Me encantó. Hace tiempo algo no me inspiraba tanto. Sorry, muy pocos cursos dictados por publicistas me atraen. Necesitamos de una mirada más allá para seguir creciendo. Necesitamos ser más entrenadores que directores creativos. Necesitamos robar del deporte.
Para ver si se animan, les dejo algunos principios que realmente me tocaron:
La presión es un privilegio.
Una gran verdad. Si sientes presión, es porque algo estás haciendo bien. Algo debes de continuar haciendo. Solo los mejores la sienten todo el tiempo. Hay que tomar la presión como una invitación a nunca rendirnos.
Arriesgarse es una oportunidad.
Los cambios suceden solo si nos arriesgamos. Esa batalla que vivimos todos los días para lograr que una idea diferente se apruebe. Si hacemos «safe» logramos «safe».
Entrenas al equipo, no al jugador.
Este es un mantra que tengo siempre con el equipo y la razón por la que detesto las argollas en las agencias. El «case team». Las ideas pueden venir de cualquier persona y si es buena, merece realizarse, hacer el intento.
Una mentira puede traer una gran verdad.
Quizás lo más disrupto de la docuserie. No importa el método para hacer que las personas lleguen más allá. Si tenemos que “inventarnos” para explotar el potencial de alguien, hagámoslo. Las palabras están hechas para movilizarnos.
Lo que se demora no se niega.
No atrapamos el león, so what? No atrapamos esa gran idea hoy, so what? Parte de la consistencia es avanzar, no quedarnos enclaustrados. Las cosas por su propio peso llegan, pero solo si nunca retrocedemos.
Somos especialistas en las referencias.
Que el deporte sea una de ellas.
Carlos Altamirano