Estamos viviendo a crédito con el planeta, y la deuda no deja de crecer. Las cifras son alarmantes: según la Red Global de la Huella Ecológica, consumimos recursos naturales al ritmo de 1.7 planetas por año. Si no actuamos con urgencia, para 2050 necesitaremos tres planetas para satisfacer nuestra demanda.
Por ello, es esencial actuar de manera conjunta y consistente. Los complejos desafíos ambientales y sociales que enfrentamos hoy no pueden ser resueltos únicamente por los gobiernos o las organizaciones multilaterales; es indispensable que la sociedad civil y el sector empresarial se movilicen activamente para lograr un impacto real. Es así que, las empresas y marcas han comenzado a desempeñar un rol fundamental.
Más allá de ofrecer productos y servicios, están asumiendo la responsabilidad de transformar sus procesos, innovar en el diseño de sus productos y educar a los consumidores para fomentar hábitos de consumo más conscientes y alineados con las necesidades del planeta. Este enfoque no solo responde a una creciente demanda del mercado, sino también a la urgencia de adaptarse a una realidad ambiental que exige cambios profundos e inmediatos.
La clave está en educar desde una perspectiva integral y real. Pero, ¿qué tan comprometidas están las marcas y sus consumidores con este propósito? Es fundamental inculcar una comprensión más profunda del ciclo de vida de los productos y de cómo las elecciones diarias pueden contribuir a un futuro sostenible. Esto requiere implementar campañas más efectivas de educación y sensibilización, fortalecer las estrategias de innovación, promover prácticas responsables e incluso revisar los objetivos y compromisos sociales y ambientales de largo plazo.
Un ejemplo destacado de cómo las marcas están adoptando la sostenibilidad de manera auténtica es entendiendo que la transformación y adaptabilidad de los productos pueden minimizar el impacto ambiental. Por ejemplo, en Natura hemos lanzado recientemente el primer hidratante corporal concentrado del mundo, de la mano de la línea Ekos. Su fórmula contribuye a reducir en un 81% el uso de plástico en comparación con los envases convencionales. Acciones como esta demuestran cómo las empresas pueden liderar con el ejemplo, integrando ciencia, innovación y responsabilidad en cada etapa de su cadena de valor, y adoptando un enfoque regenerativo cada vez más sólido y presente.
La educación ambiental desempeña un papel crucial para generar conciencia sobre nuestro impacto en el planeta y promover acciones concretas que garanticen un futuro mejor para las generaciones venideras. En Natura apostamos por la regeneración de los ecosistemas donde todos ganan: gana el planeta, gana la comunidad y gana la empresa.
Nada existe por sí solo. Además, las empresas que lideren con el ejemplo, implementando iniciativas sostenibles y educando a sus consumidores, no solo contribuirán al bienestar de nuestro ecosistema, sino que también fortalecerán su relevancia en un mercado cada vez más comprometido con el planeta. Porque, en esencia, la sostenibilidad no es solo una tendencia, y estamos convencidos de que los negocios se vuelven más prósperos a medida que la humanidad y la naturaleza prosperan juntas.