Hace un poco más de dos meses regresé con mi familia a vivir en Francia, después de estar más de 12 años con mi esposo por Latinoamérica y claro, decisión tomada durante un año de Covid que nos llevó rápidamente a plantearnos esa idea.
Ahora que estamos nuevamente volviendo a organizar nuestra vida aquí, pasando por la compra de diferentes artículos como muebles, accesorios para adecuar la casa, tecnología, compra de ropa primero de invierno ahora de primavera, muy rápido me llamó la atención el fenómeno de toda la oferta de segunda mano existente en miles de formatos. Formatos que van desde los obvio por internet hasta centros de diseño de moda de ropa usada o muebles re-confeccionados (Relookeados como se dice ahora) con la última tendencia en colores o las interminables cajas con vajilla para todos los gustos y de todas las calidades desde la más sencilla a la vajilla en porcelana más fina.
Este fenómeno se explica por varias razones interesantes en Europa pero que igualmente tienen su eco en todos los continentes. En Europa la clase media ha vivido durante muchos años con un buen poder adquisitivo, la cual bajo la definición tradicional de progreso logró acumular una gran cantidad de artículos de muy buena calidad. Sin embargo, una gran parte de esta población esta envejeciendo y cuando llegan a cierta edad empiezan a ir a casas para personas mayores o fallecen, así las familias empiezan a donar estos objetos a diferentes asociaciones o venderlas en lugares de segunda mano.Sin embargo, en los últimos años en donde las economías fuertes también ha vivido periodos prolongados de estancamiento económico, principalmente afectando a los jóvenes, unido también a una mayor conciencia ecológica de la cantidad infinita de objetos acumulados que muchos no usan y otros pueden necesitar, ha llevado a desarrollar espacios de solidaridad y creatividad para darle una nueva vida a las cosas. Son lugares donde los mejores artesanos, técnicos, diseñadores o simplemente personas que aman crear, reciben estos artículos para darles una nueva vida y venderlos a un menor precio en la mayoría de los casos que un producto nuevo.
Así nacen por ejemplo los Fab Labs (Fabrication Laboratory), espacios de producción de objetos escala local donde se comparte la tecnología para la creación o recuperación de objetos de carácter mas tecnológico. Los fab labs se mueven alrededor del DIY (do it yourself) o la autoproducción y el open source o el libre flujo de información y conocimiento.También están los centros de reciclaje y diseño donde los diseñadores reciben todo tipo de muebles para convertirlos en nuevas piezas modernas o vintage.
Y el mundo de la moda que ha sido uno de los pioneros en las prendas de segunda mano no se queda atrás y ahora en cada lugar a donde se vaya hay una Friperie o tiendas de segunda mano donde pueden ser vistas como casi centros de acopio de ropa usada por miles o las que se destacan por traer la nueva tendencia como La Garagerie en una pequeña población cerca a los pirineos que busca crear redes sociales en la población a través de la moda a menor costo.
Esta tendencia de re-usar y re-lookear objetos definitivamente esta siendo una economía en crecimiento y se da en respuesta de muchas variables que se han venido uniendo durante años ante las preocupaciones de la sobreproducción, la ecología y claramente menores ingresos; es así como en 2020, un año particular, la llevó a un siguiente nivel de creatividad, innovación y desarrollo social.
Así, es seguro que esta tendencia llego para quedarse y quienes se sienten afines a sus valores de solidaridad y creatividad tendrán una gran oportunidad de crecimiento en este movimiento. La pregunta será que tan rápido crecerá en América Latina y particularmente en Perú? Por sus valores, estoy segura que muy rápido.
Catalina Bonnet
Consultora Marketing
INTERESANTE 🙂. ¿Estas abierta a todo tipo de nuevas tendencias❓.