Sobre la masculinidad frágil y de cómo el reforzar estereotipos de género en el diseño nos impacta a tod@s
En mis casi 12 años como diseñadora no podría contar las veces que he recibido comentarios como este: “Me gusta pero, ¿podemos hacer que se vea menos femenino?”. No lo tomen a mal. Todos hemos sido sensibilizados a que ciertos colores, formas, sensaciones, supuestamente, conectan más con un@s que con otr@s.
A continuación diré que esto está escrito de forma binaria: masculino – femenino, a pesar de que el mundo en general no se mueve de esa forma. Nuestro país se encuentra en construcción y deconstrucción actualmente y es por ello que nuestro trabajo como diseñadores puede ser una herramienta para construir dinámicas sociales más saludables y humanas.
Masculinidad frágil, ¿eres tú?
Cuándo pensamos en un público mixto, ¿cómo lo pensamos?. «Se presume que todos los públicos son hombres, seamos conscientes de ello o no», dice Rhys Ernst, artista y director transgénero. Y es cierto, lo masculino es percibido como lo neutral, la norma, lo que es para todos y desde esa premisa estamos siendo condescendientes con la masculinidad, “protegiéndola” de lo femenino y perpetuando estereotipos de género que terminan siendo tóxicos para todos.
En nuestra sociedad la masculinidad está protegida por todos y al diseñar muchas veces mantenemos estos estereotipos mediante color, tipografía, formas, etc. Pero ¿qué tal si empezamos a arriesgarnos un poco más?. Tenemos la oportunidad de ir cambiando esto poco a poco, conociendo nuevas masculinidades sin siempre ir hacia lo establecido. Esto nos permite darle un lugar más interpretativo a lo masculino y por consiguiente: más libre.
Había una vez un color que se volvió “más femenino” que otro
Leatrice Eiseman, experta en color y directora del Pantone Color Institute relata que la percepción del rosa como un color femenino, viene (recién) de 1920. Anteriormente el color rosa junto con el azul era en realidad utilizado por niños. «(El rosa) estaba relacionado con el color primario rojo, que era ardiente y apasionado y más activo, más agresivo. Aunque su intensidad se atenúa, era un color que se asociaba con los niños», dijo Eiseman. Es la compra del magnate Henry Huntigton de los cuadros “The Blue Boy” y “Pinkie” la que generó esta distinción. La compra de estos cuadros fue ampliamente publicitada en los medios estadounidenses y la gente comenzó a pensar que durante siglos, el azul había sido para los niños y el rosa para las niñas.
Y hay una discusión que como diseñadores nos toca: los colores deberían ser libres. El tenerle miedo a un color por lo que se le asocia (erróneamente), es meterlos en una caja inamovible que termina perjudicandonos más de lo que creemos. El que un color sea percibido como femenino asuste la disponibilidad de compra de muchos hombres es una idea que debemos ir cambiando mediante la experimentación, investigación y fundamentación. Solo así, liberaremos de estereotipos no solo a los colores, sino también a nosotros mismos.
Si generar cambios quieres, informarte debes
El mundo cambia todos los días y en estos últimos tiempos la palabra diversidad, inclusión y equidad de género han cobrado mayor importancia para las marcas. Estas buscan ser más humanas y por lo tanto, siendo nosotros quienes brindamos soluciones de cómo transmitir el mensaje, tenemos que entender estas problemáticas a profundidad. Como diseñadores debemos empezar por la base de todo buen diseño: una buena auditoría, que en este caso sea capaz de exponerle al cliente nuevas ideas y mostrarle lo que hacen otras marcas respecto a estos temas.
Ya lo decían muy bien en la biopic española “Veneno”: «De lo que no se habla, no existe. Y lo que no existe, se margina». Si nos piden hablar de estos temas, hagámoslo y si tenemos la oportunidad propongamos estos temas en nuestras propuestas. Estos pequeños o grandes pasos, no solo beneficiarán a la marca sino también ayudarán a mejorar la calidad de vida de su público, generando una fidelidad mayor y una relación más honesta entre marca y consumidor.
En conclusión, cuestiónate, cuestionalo todo. La próxima vez que te pidan “hacer algo menos femenino”, un pedido tan simple y a primera vista pragmático, cuestiónalo. Ahora más que nunca es importante que lo hagamos.
Cierro con esta frase del diseñador ambientalista canadiense Robert L. Peters, que resume el rol que podemos tenemos como diseñadores: “El diseño crea cultura. La cultura da forma a los valores. Y los valores, determinan el futuro”.
Mayra Avila