Y los nuevos hábitos de consumo, tras la pandemia, no dejan de sorprendernos.
Mi mami tiene 74 años y en esta pandemia aprendió a conectarse con sus amigas y familia a través de zoom (desde la laptop y desde el celular), aprendió a «yapear» (ya no usa efectivo para «evitar el contacto»), tuvo que acostumbrarse a ver misa de los domingos a través de Youtube y no cualquier misa, sino la misa en vivo hecha por el mismísimo papa; y también aprendió a comprar «on line» y no se pierde los Cyber Wow. Jamás nadie se imaginó que nuestros hábitos y consumos iban a cambiar tanto (sin importar la edad) y en tan poco tiempo.
Y hay cosas que vinieron para quedarse como usar el QR en los restaurantes, la llegada casi inmediata a nuestras casas de nuestros valorados shoppers, el consumo de streaming (las Olimpiadas fueron un claro ejemplo de la facilidad y variedad que tenemos para consumir esto) y la lista de nuevos hábitos y formas de consumo podría ser interminable.
Y también hay datos que nos siguen sorprendiendo: los video juegos ahora son más grandes que la industria mundial del cine y los OTT (Over the Top) ya ganaron en penetración al cable.
Con todo esto, el más beneficiado siempre será el usuario quien puede consumir el contenido del mundo digital cuando quiere, como quiere, donde quiere y desde el dispositivo que mejor le convenga, pero el gran reto sigue siendo para las marcas, que tienen que estar donde el usuario o consumidor está y en la forma que los usuarios necesitan.
Es bueno siempre recordar que la transformación en el consumo por parte de la audiencia, hace necesario ser innovador, versátil y multidispositivo, siempre