Mucha gente me pregunta cuál debería ser la estrategia publicitaria de Keiko Fujimori
Keiko no necesita ninguna campaña publicitaria, y ninguna campaña publicitaria la va a sacar de su atolladero. Porque su pelea no es contra Castillo, sino consigo misma y lo que como marca ella construyó. Su enemigo no es el “comunismo”, y cualquier campaña que presente a Castillo como el peligro comunista-chavista, o que pongamos nuestro amor por la patria por delante del odio, solo convence a la gente de Asia, que por cierto ya está convencida.
Sin embargo es increíble cómo la derecha insiste en este tipo de estrategia que fracasó en la época del Fredemo, fracasó contra Humala, y fracasará irremediablemente.
Y no sirve porque la audiencia de Castillo la asocia con lo que es: una estrategia publicitaria del miedo. Que victimiza a Castillo y alienta aún más su apoyo.
El enemigo de Keiko no es Castillo, sino su antivoto altísimo. Ahí está su tarea, y su oportunidad son los indecisos. Los que están pensando votar en blanco. Para ello no tiene que convencer de lo malo que es Castillo, sino de que ella es una garantía democrática. O sea, storydoing: reconocer y pedir los perdones correspondientes, y de manera ampliamente pública y precisa, y sobre todo comprometerse por escrito a una larga lista de condiciones que van mucho más allá de lo que puso MVLL de manera tibia y genérica. Sin embargo, que ella ya diga que el gesto de Vargas Llosa fue uno de “desprendimiento” es no entender nada, pues ese “desprendimiento” fue con condiciones.
Actos, gestos verificables y coercionables, públicos y por escrito. Pactos, consensos, saber qué ministros pondrá, qué derechos respetará y una larga lista de etcéteras.
Y el storytelling, que sea para darle publicidad al storydoing.
Solo así tal vez tenga una chance.