Una de las causas del estreñimiento es la influencia social. Sobre todo, en las mujeres. Pues culturalmente tenemos prohibido oler mal, envejecer, engordar y, aparentemente, hacer caca. Dice la estadística global que el estreñimiento afecta al doble de mujeres que a hombres y, aunque también, existen factores hormonales en esta estadística, el tema socio cultural es clave.
Pero el problema va más allá. La Asociación Estadounidense de Gastroenterología declaró que las personas se mostraban reacias a hablar sobre problemas de salud intestinal. De hecho, las personas normalmente padecían problemas gastrointestinales durante más de un año antes de comentarlos con sus médicos.
Y claro, si desde la infancia escuchamos “no se dice caca se dice popó” o llamamos “sucia” o “cochina” a cualquier persona que libere alguna flatulencia cerca de nosotros, hemos sido los propios promotores de esta condición intestinal que, en el peor de los casos, puede convertirse en cáncer.
Hace algunos años a Allergan se le ocurrió la idea de crear un programa para hablar sobre salud intestinal, llamado «Toilet Talk», empleando un emoji sonriente de caca en un inodoro como logotipo. En la web de la campaña la conductora se acercaba a personas en la calle y les preguntaba: «¿Te importaría venir conmigo y hablar sobre caca?».
Otra campaña brillante fue la de Poo Pourri, divertida y directa sobre los temores de las personas de hacer caca y que las personas se enteren, empleando a una mujer como la interlocutora de la campaña. Para quienes no lo conocen Poo Pourri es un spray de aceites esenciales para el inodoro que se aplica «antes de ir» para neutralizar los olores.
En nuestro país, no nos hemos quedado atrás y Community Brands: el primer holding multimarca de Amaru Superfoods, lanzó recientemente “Al Trono” una mezcla en polvo de salvado de trigo, harina de nopal, harina de linaza, harina de chía, goma de tara y endulzada con Stevia, que promueve la movilización intestinal y evita el estreñimiento.
Lo genial de la campaña es que identificaron a una influencer, Paloma Derteano quien siempre habló de la importancia de tener deposiciones regulares, sin prejuicios y de manera divertida, como parte de sus contenidos, sin ser el centro de ellos.
Para los próximos lanzamientos, Rafael La Rosa y Mateo Ruiz De Somocurcio, fundadores de este emprendimiento, seguirán sorprendiéndonos con más influencers, pues los asociarán a los productos, en base a sus intereses y contenidos recurrentes, tal y como sucedió con Paloma, pues entendieron muy bien que los discursos reales venden más que los libretos.
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El“bonus track”: También hay un libro llamado “Cómo hacer caca en el trabajo” que aún no leo pero ya sabemos o imaginamos de qué va.