No hay nada peor que estar muerto en vida: hacer algo que no te gusta todos los días, esto sucede por muchos factores , pero el principal suele ser el dinero. Mucho más si es un trabajo de 8 a 10 horas que no despierta ningún tipo de pasión. Lo que nos encadena generalmente a esta dinámica es la necesidad de generar ingresos, pero realmente la clave del éxito yace en no trabajar por dinero, sino lograr que el dinero trabaje por ti. Lo sepas o no, estás en una relación con el dinero desde el momento en el que naces y esto puedes ir desarrollándolo como un hermoso juego que puede generar grandes beneficios. Todo depende de la información que llegues a tener y como la aplicas en tu vida.
La educación financiera es una inversión en uno mismo, es algo que uno busca por propia cuenta e interés. Muchos preguntan: ¿Qué obtenemos de ella? Libertad. Al momento de adquirir conocimientos siempre es importante tener presente que no hay camino sin motivo. Algo que muchas personas no llegan a entender es que tienden a enfocarse en CUANTO DINERO GANAN, pero no se enfocan en COMO GANAN ESE DINERO. Muchas veces el cómo es más importante que la cantidad, porque al final si algo te interesa o apasiona, podrás destacar y esa cantidad inevitablemente subirá, pero al enfocarte solo en dinero tienes una visión limitada.
La educación financiera no depende solamente de conseguir o invertir dinero, sino también tiempo y cambiar hábitos. El círculo de influencia es un factor importante por el cual se puede comenzar. Uno resulta ser el promedio de las personas con las que uno se rodea. Es decir, si tienes un grupo de amigos donde cinco personas han empezado su emprendimiento, esto va a ser una herramienta para tú puedas ser el sexto en esa tendencia. Hay que ser selectivo con las personas que queremos relacionarnos y no solo me refiero a amigos o familiares, sino pregúntate: ¿A quienes sigues en redes sociales? Y más importante aún : ¿En qué te suman esas personas que sigues?
La organización es esencial. Construir un mapa de sueños es una herramienta que nos ayuda a formular metas alcanzables. Generalmente es importante tener un estímulo visual que nos ayude a recordar que es lo que queremos alcanzar y nos de la fuerza para ser lo suficientemente coherentes a realizar las acciones para conseguirlo. Antes de comprar literatura, consumir audio libros, podcasts, e-books, entre otras herramientas, hay que cambiar hábitos para que estas actividades puedan entrar en nuestra rutina.
Finalmente, una vez que conseguimos el cambio personal ahí es cuando, en base al objetivo, la educación financiera comienza a generar frutos. Uno va creando inteligencia financiera y a manejar sus ingresos con estrategia. La forma más segura de guardar el dinero es dándole movimiento, siempre recuerda que el dinero estancado no es útil. La re-inversión, la generación de pasivos, compra y venta, muchas veces nos permitirá acercarnos a nuestras metas y sueños.
El juego del dinero no es una carrera para ser millonario. El dinero es un medio, no un fin en sí mismo. Si uno actúa como si lo fuese, estará condenado a trabajar por el a lo largo de su vida. El que domina el juego del dinero es el que lo multiplica para usarlo como herramienta para conseguir sus sueños, por más grandes e inalcanzables que parezcan. Sin embargo, para dominar este juego, uno tiene que estar dispuesto a priorizar este tipo de información y prepararse ¿Estás listo?
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