Por Gabriela Denegri, Top of Voice de LinkedIn
Perú viene atravesado múltiples escenarios de incertidumbre: crisis política, cambios constantes de liderazgo y desaceleración económica. Este panorama ha generado un entorno laboral y empresarial cada vez más competitivo. En medio de esta inestabilidad, una tendencia ha empezado a consolidarse con fuerza: quienes invierten en construir su presencia digital están logrando destacarse frente al resto.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más del 70% de los trabajadores peruanos están en situación de informalidad, y el desempleo juvenil bordea el 12%. En este contexto, no basta solo con tener habilidades: se trata de ser visible, relevante y confiable. La marca personal, impulsada por redes como LinkedIn, se convierte así en una herramienta poderosa para acceder a oportunidades que, de otro modo, pasarían desapercibidas.
Un estudio de LinkedIn revela que el 82% de los tomadores de decisiones en Latinoamérica investiga a los candidatos y proveedores en plataformas digitales antes de entablar contacto. Esto confirma una realidad: lo que comunicamos en redes no es accesorio, es parte de nuestro diferencial competitivo.
En un entorno donde escasean los puestos laborales estables y donde el emprendimiento, formal o informal, ya involucra al 40% de los peruanos económicamente activos (según cifras del Global Entrepreneurship Monitor y de ADEX), la capacidad de mostrarse como un profesional confiable y bien informado marca la diferencia. No se trata solo de buscar empleo, sino de generar negocios, conectar con aliados estratégicos y posicionarse como referente en una industria.
Además, el mercado peruano está experimentando un cambio importante: la digitalización ha dejado de ser opcional. Sectores como la construcción e inmobiliaria, tradicionalmente más conservadores en sus canales de comunicación, están explorando nuevas formas de conectar con inversionistas, proveedores y clientes finales. Un informe de EY Perú indica que más del 50% de las empresas del rubro planean aumentar su inversión en canales digitales en 2025, principalmente por la necesidad de ganar visibilidad y competitividad.
En este contexto, construir una voz digital clara, auténtica y estratégica no es solo recomendable: es urgente. Comunicar con propósito, compartir conocimientos y generar diálogo con stakeholders se ha convertido en una de las mejores formas de blindarse frente a la incertidumbre. Porque, al final del día, en mercados volátiles, las relaciones confiables son las que sostienen los negocios.