Por: Gabriela Denegri, fundadora de Brandtech y Top Of Voice Latam
En un mundo donde la competencia es feroz y la información nos desborda, los ejecutivos enfrentan el reto constante ser visibles y verdaderamente memorables. Pero cuando hablamos de liderazgo femenino, la visibilidad va más allá del posicionamiento: es representación. Es romper barreras históricas, abrir espacios donde antes no los había y convertirse en inspiración viva para nuevas generaciones. Porque cuando una mujer alza la voz, muchas otras descubren que también pueden hacerlo.
La realidad, sin embargo, es clara: aunque avanzamos, aún enfrentamos un camino empinado. LinkedIn supera hoy los 7 millones de usuarios en Perú, pero solo el 42% son mujeres y menos del 3% genera contenido propio. Es decir, en la principal vitrina profesional del país, la presencia femenina sigue siendo reducida y muchas voces aún permanecen en silencio.
No obstante, cuando las personas o las marcas somos capaces de hacerlo, el impacto es potente. Las publicaciones realizadas por mujeres generan, en promedio, más engagement: un post viral escrito por una mujer promedia 1,650 reacciones, frente a las 1,418 de los hombres. Además, los posts con más de 500 reacciones tienen un 17.3% más de probabilidades de viralizarse cuando son escritos por mujeres. Ello es una señal de que esas historias importan, y que cuando se cuentan, resuenan.
Y de todos espacios, LinkedIn es hoy una de las ventanas más poderosas para lograr esa visibilidad. Ya sea desde una empresa, una marca personal o una causa social, la plataforma permite contar historias, compartir logros, construir comunidades y dejar claro el valor que aportamos. Porque cuando una mujer, o el trabajo que realiza, se visibiliza, no solo abre camino para sí misma: siembra posibilidades para muchas más.
Promover la visibilidad de líderes femeninas no es solo un acto simbólico o una campaña de marketing: es una estrategia poderosa. Fortalece la reputación, mejora la cultura interna y potencia la atracción de talento. Según Edelman, el 70% de las personas confía más en lo que comunican los colaboradores que en los mensajes institucionales, lo que demuestra que empoderar a las mujeres dentro de una empresa no solo es lo correcto: es lo más inteligente.
Visibilizar el liderazgo femenino no es solo una acción estratégica, es un compromiso con la equidad. En un Perú donde solo el 28% de los puestos directivos están ocupados por mujeres, hacerlo implica evidenciar una brecha histórica alimentada por sesgos de género, tanto masculinos como femeninos, que limitan su avance. Al alzar voces en espacios digitales, no solo narramos experiencias, estamos trazando el camino para las líderes que vienen, cuestionando estructuras y enriqueciendo el ecosistema profesional con miradas más diversas.