La inteligencia artificial (IA) está transformando nuestras vidas -yo casi no puedo vivir sin ella- pero también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Encontré algunos datos que nos pueden aclarar el panorama:
🔹 Emisiones de carbono: Se estima que el 3.2% de todas las emisiones de carbono del mundo provendrán de granjas de servidores de IA para 2025, según el Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE).
🔹 Consumo de agua: El entrenamiento de un modelo generativo de IA puede consumir hasta 284,000 litros de agua, utilizada tanto para la generación de electricidad como para la refrigeración de los centros de datos, de acuerdo a la Universidad de Massachusetts Amhers.
🔹 Consumo de energía: El entrenamiento de modelos avanzados de IA puede generar emisiones equivalentes a las producidas por un coche durante toda su vida útil. Según Newtral el entrenamiento de GPT-3 generó aproximadamente 552 toneladas de CO2 y consumió 1287 MWh de energía.
¿Qué podemos hacer para mitigar este impacto? Aquí algunos consejos para quienes somos usuarios:
- Uso consciente de la tecnología: Utilicemos aplicaciones y servicios de IA solo cuando sea necesario. Evita el uso excesivo de herramientas que requieren procesamiento intensivo si no es esencial.
- Apoyo a empresas sostenibles: Optemos por servicios y productos de empresas que se comprometan con prácticas sostenibles y el uso de energía renovable en sus centros de datos.
- Optimización de dispositivos: Mantengamos nuestros dispositivos actualizados y en buen estado para que funcionen de manera eficiente y consuman menos energía.
- Educación y concienciación: Informémonos y eduquemos a otros sobre el impacto ambiental de la IA y la importancia de la sostenibilidad.
- Participación en iniciativas verdes: Apoyemos y participemos en iniciativas y proyectos que busquen reducir la huella de carbono de la tecnología, como programas de reciclaje de dispositivos electrónicos y campañas de reforestación.
- Feedback a desarrolladores: Proporcionemos retroalimentación a los desarrolladores de aplicaciones y servicios de IA, solicitando mejoras en la eficiencia energética y prácticas sostenibles.
La tecnología puede y debe ser una fuerza para el bien, pero debemos ser conscientes de su impacto ambiental y tomar medidas para reducirlo.