El 70% de los consumidores peruanos ya utiliza herramientas de inteligencia artificial (IA) para conocer más sobre un producto antes de comprarlo, según un estudio de Impronta Research publicado por Gestión. Este dato es contundente: los peruanos ya no deciden solos, lo hacen en compañía de algoritmos que comparan, recomiendan y filtran información en segundos.
En ese sentido, la IA se está convirtiendo en una nueva brújula en la toma de decisiones de mercado. Antes, el proceso de compra estaba guiado por la publicidad, las recomendaciones de conocidos o la información que uno mismo podía investigar. Hoy, los consumidores acceden a una capa de inteligencia que les permite ahorrar tiempo y reducir la incertidumbre.
Esto implica un cambio profundo para las empresas: no basta con tener un buen producto, ahora hay que tener una estrategia clara para posicionarse en los algoritmos. Las búsquedas impulsadas por IA priorizan claridad, transparencia y diferenciación. Quien no logre traducir su propuesta de valor en datos relevantes y accesibles quedará fuera del radar del consumidor actual.
Entonces, ¿Cómo deben adaptarse las empresas ahora?
Hay dos puntos básicos que deben comprender. En primer lugar, debemos entender que el nuevo consumidor es híbrido. Ya no toma decisiones únicamente desde la intuición o la experiencia personal, sino que combina ese instinto con recomendaciones algorítmicas: desde los productos sugeridos en un marketplace hasta la reseña que la inteligencia artificial de un buscador le prioriza en la primera página. De hecho, los consumidores esperan experiencias personalizadas en sus interacciones digitales, y según estudios de McKinsey 76% se frustra cuando no las recibe.
En segundo lugar, es necesario optimizar la presencia online con información clara, actualizada y fácilmente reconocible por los sistemas de IA, reforzando atributos, generando empatía y credibilidad. Las empresas que aprenden a dialogar con la IA serán las que logren mantenerse en el “top of mind” digital.
Estamos entrando a la era de los mercados gobernados por algoritmos. Y en esta, la decisión de compra no depende solo del consumidor, sino de la calidad de los datos que acompañan a cada producto. En Perú la mayoría de pymes aún no está preparada, ya que menos del 20% tiene presencia digital optimizada según INEI. Eso justifica la necesidad de generar más talleres o programas que los ayude a mejorar.
La clave está en dejar de ver a la IA como un reemplazo del criterio humano y empezar a verla como un aliado estratégico capaz de potenciar la confianza, reducir fricciones y abrir nuevas oportunidades.