Por: Diego Vences, investigador doctoral en transformación digital. Conferencista internacional y especialista en experiencia de cliente.
Este mes se publicó el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2025, que ha puesto sobre la mesa una verdad innegable: el avance de la inteligencia artificial en la región ya no es una tendencia, sino una realidad. Países como Brasil, México y Chile han tomado la delantera en la implementación de políticas, inversión y formación en IA. Perú, en cambio, aún avanza con prudencia y mayor lentitud, lo que puede convertirse en riesgo.
Hoy, las empresas no pueden seguir viendo la IA como un experimento. Es una herramienta estratégica que está transformando la forma en que se planifican, ejecutan y miden las campañas comerciales, especialmente en temporadas clave como el cierre de año. La IA permite anticipar comportamientos de consumo, personalizar mensajes, optimizar presupuestos publicitarios y automatizar procesos de venta. En un entorno tan competitivo como el actual, la velocidad de adaptación puede marcar la diferencia entre una marca visible y una marca olvidada.
En ese sentido, he identificado tres ejes esenciales para aprovechar la IA en las campañas de marketing de fin de año, sobre todo para emprendedores peruanos:
- Prompts: el nuevo lenguaje del marketing. Aprender a comunicarse con las herramientas de IA es fundamental. Un prompt claro y estratégico puede generar un mensaje de venta más preciso, un anuncio más atractivo o un guion de video más emocional. En el marketing moderno, saber pedirle a la IA lo que necesitamos se convierte en una nueva forma de creatividad.
- Datos: el insumo que alimenta la personalización. Las campañas más efectivas de fin de año no serán las más ruidosas, sino las más relevantes. Los algoritmos funcionan mejor cuando reciben información estructurada y actualizada. Empresas que integran bases de datos limpias, segmentadas y bien etiquetadas logran que la IA entienda mejor a su cliente y ofrezca mejor contenido.
- Creatividad: el factor humano es lo que genera una diferencia. La inteligencia artificial no reemplaza la visión del marketero ni el instinto del emprendedor; los amplifica. El reto está en combinar análisis predictivo con empatía, datos con historias, automatización con propósito. En otras palabras, usar la tecnología para inspirar, no solo para vender.
El cierre de año es el momento perfecto para ponerlo en práctica. La IA puede ayudar a predecir qué productos tendrán mayor demanda, a crear contenido personalizado según hábitos de compra y a medir, casi en tiempo real, qué estrategias están generando más retorno. No se trata de reemplazar el trabajo humano, sino de hacerlo más eficiente y estratégico.



































