Por Aldo Canchaya
Hablemos de un negocio que a primera vista suena insólito: la venta de aire enlatado en China.
Este producto que puede sonar a broma, es una respuesta directa y sorprendente a una realidad muy cruda. En algunas de las grandes ciudades chinas, la calidad del aire es tan precaria que respirar un día puede equivaler a fumar una cantidad significativa de cigarrillos. Ante un problema ambiental de esta magnitud, donde el aire puro se convierte en un lujo, el ingenio ha encontrado una forma de capitalizar la necesidad más básica de todas: la de respirar bien.
El costo de las latas de aire va desde los 10 hasta los 60 dólares. El formato más popular: una lata de 3 litros que rinde hasta 80 inhalaciones y cuesta 19 dólares.

China, con sus grandes ciudades y desarrollo industrial enfrenta desafíos en la calidad del aire.
Lo que para muchos de nosotros es un recurso ilimitado y gratuito, para millones de personas allí se ha convertido en un bien escaso. Algunos empresarios identificaron una oportunidad para ofrecer aire fresco y puro, que evoca paisajes naturales y limpios.
Lo interesante es cómo se comercializa este producto. No es solo un cilindro metálico con aire; viene con marcas, con la procedencia del aire (de montañas o bosques), y con una narrativa que lo convierte en algo más que solo oxígeno.

Se vende como una experiencia, un pequeño escape, un lujo accesible o incluso un símbolo de estatus.
Esto demuestra la importancia de la percepción del valor sobre el valor intrínseco de un producto. El empaque, la historia y la emoción que genera son tan importantes como el contenido mismo.
Para terminar, vale la pena reflexionar sobre nuestro aporte y cuidado del medio ambiente. La demanda de aire puro enlatado es síntoma de un problema grave. Sería increíble y espectacular para tod@s nosotr@s que esta industria no crezca, sino que desaparezca o vire su enfoque, por ejemplo, hacia el ecoturismo con viajes a estos bosques, experiencias inmersivas en entornos naturales, etc. Soñar no cuesta nada y ahora más que nunca, tenemos un rol activo con nuestro planeta.