Por: Diego Vences, investigador doctoral en transformación digital. Conferencista internacional y especialista en experiencia de cliente.
La inteligencia artificial ya no es un lujo reservado a las grandes corporaciones. Hoy, en el mercado peruano, la IA se ha convertido en una herramienta concreta que redefine cómo los consumidores se informan, cómo compran y, sobre todo, cómo las marcas deben comunicarse con ellos. Un estudio de Impronta Research revela que 7 de cada 10 peruanos ya usan aplicaciones de IA para comparar productos antes de decidir. Nuestros consumidores ya no deciden solos: lo hacen acompañados de algoritmos que filtran, recomiendan y priorizan información en segundos.
En este nuevo escenario, un punto clave son los prompts. Estos son, de manera simple, la manera en que hablamos con la IA. La calidad de respuesta que nos dará la inteligencia artificial dependerá directamente de la calidad de la pregunta que seamos capaces de formular. En mi experiencia, y tras un reciente taller realizado con el Ministerio de la Producción, noté que muchos emprendedores conocen las herramientas, pero no cómo sacarles el máximo provecho. Un prompt mal formulado puede dar un resultado genérico; en cambio, uno claro y estratégico puede generar desde una descripción de producto que transmita confianza hasta un guion de ventas adaptado al lenguaje del cliente. Quien domine esta nueva habilidad tendrá una ventaja competitiva inmediata, porque sabrá traducir su intuición de negocio en resultados concretos gracias a la IA.
La conclusión es clara: la IA es el nuevo aliado del emprendedor peruano. Pero para aprovecharla, hay que aprender a usarla bien. Lo positivo es que ya no hablamos de tecnología inaccesible. Herramientas como ChatGPT permiten crear contenidos y mensajes de venta en segundos, Canva con IA facilita piezas gráficas profesionales sin necesidad de un diseñador, y Gamma arma presentaciones en minutos con solo describir lo que necesitamos. Todas están al alcance, incluso con planes gratuitos.
En ese sentido, la pregunta no es si debemos usar la IA en marketing, sino cómo y cuánto la estamos aprovechando. La ola ya empezó y el riesgo es quedarnos atrás. Mientras otros países incorporan la capacitación en IA en su currículo escolar, el Perú avanza con lentitud. Esta brecha puede impactar en la competitividad de nuestros negocios, en nuestra economía y en el futuro del país. Necesitamos un cambio estructural: que la IA forme parte de la educación, la innovación y la estrategia empresarial. Solo así lograremos que emprendedores y empresas sean más rápidos, más eficientes y, sobre todo, más relevantes en un mercado gobernado por datos, prompts y algoritmos.