En los años 2000, era común comentar los videoclips que rotaban en MTV o VH1. Se hablaba de los personajes animados de Clint Eastwood de Gorillaz, del dramatismo de The End de Linkin Park, y —si nos inclinamos por el pop— de Rock DJ de Robbie Williams, uno de los videos más comentados por su impactante escena final: un personaje que, para impresionar a una DJ, se arranca la ropa y luego la piel.
Aunque para muchos pudo parecer un video vulgar o incluso perturbador, para la industria musical fue lo suficientemente innovador como para merecer premios importantes. Rock DJ se llevó reconocimientos como Mejor Canción y Mejor Video en los Brit Awards, MTV Europe Music Awards y MTV Video Music Awards entre 2000 y 2001.
Y es que, en el mundo de la música, como diría Charly García, no basta con la letra: también hacen falta una buena melodía y un ritmo contagioso. Dos elementos que definen bien el estilo del cantautor británico. Por eso, no sorprende que en países de habla hispana —incluido el Perú— canciones como Angels, Feel o Radio sigan sonando en emisoras locales.
Better Man: más que un biopic musical
Los biopics son uno de los recursos más recurrentes en el cine, donde hemos conocido historias de grandes artistas, escritores y figuras históricas. Sin embargo, Better Man tiene una esencia distinta. Es el primer biopic en el que el protagonista es representado por un mono creado con tecnología CGI, hoy ampliamente utilizada en publicidad.
Michael Gracey, director australiano que formó parte del equipo detrás de Rocketman —la exitosa película sobre Elton John—, asumió el reto de contar la historia de Robbie Williams en una cinta que, a diferencia de otras, no solo aborda excesos con el alcohol y las drogas, sino también temas como la depresión y la ansiedad.
Además, esta historia combina números musicales con los mayores éxitos de Robbie Williams. Lejos de ser monótona, integra coreografías y estilos que enriquecen la narrativa biográfica, como se aprecia en la secuencia de “She’s the One”, donde se muestran escenas en distintos momentos de su relación con Nicole Appleton —interpretada por Raechelle Banno—, así como también pasajes de su proceso de rehabilitación en “Better Man”.
Este estilo diferencial es lo que ha generado buenas reseñas sobre la obra de Gracey, desde la crítica especializada hasta diversos creadores de contenido en redes sociales.
¿Entonces por qué fracasó en recaudación?
Better Man tuvo un presupuesto ambicioso de 110 millones de dólares, impulsado principalmente por el uso intensivo de efectos CGI, según informó The Guardian. Esta cifra representa casi una tercera parte del costo de Avengers (2012), dirigida por Joss Whedon y los hermanos Russo, cuyo presupuesto fue de aproximadamente 325 millones de dólares. Sin embargo, Better Man apenas logró recaudar 22 millones a nivel global.
¿Qué marcó la diferencia? El alcance global de la franquicia de Marvel y las expectativas generadas por años de universo cinematográfico permitieron a Avengers superar ampliamente su inversión con 1000 millones de dólares. En cambio, Better Man se quedó muy lejos de recuperar su inversión.
Si bien ambas historias son completamente distintas, es importante analizar un factor clave al momento de trazar una estrategia de recaudación: contar con el tiempo suficiente para la difusión.
Preparar el terreno con anticipación es fundamental cuando se busca captar la atención de una audiencia saturada de información, rodeada de estrenos como Emilia Pérez o La Sustancia, y expuesta a un flujo constante de contenido que compite por su atención.
Sin embargo, eso no quita mérito al atrevimiento creativo de construir una buena historia, ni al uso ingenioso de recursos narrativos como las voces internas y el reflejo del propio protagonista para representar la ansiedad y la depresión. Todo ello con un objetivo claro: entretener.
Ojalá el streaming haga justicia con Better Man, y que otras producciones con propuestas igual de arriesgadas tengan el espacio —y el tiempo suficiente— para llegar a más audiencias.