Por Fiorella Moretti, Marketing Manager de Cuidado Personal en Kimberly-Clark Andino
El gaming se ha convertido en una de las industrias culturales y de entretenimiento más vibrantes del mundo, con millones de seguidores y una influencia creciente en la sociedad. Sin embargo, a pesar de que las mujeres representan casi la mitad de la comunidad gamer en Latinoamérica —un 48%— y un 44% en Perú, aún enfrentan una realidad injusta: discriminación, acoso y falta de visibilidad que limitan sus oportunidades para crecer y profesionalizarse.
No es una brecha de talento, sino de oportunidades. Las mujeres gamers no solo quieren jugar; quieren liderar, crear, competir y ser referentes. Pero para que eso suceda, se necesitan espacios diseñados para ellas, donde puedan sentirse seguras, apoyadas y reconocidas.
Hoy en día ya existen iniciativas que buscan amplificar la voz y el talento femenino dentro de una industria que define códigos culturales y que, además, mueve a miles. El propósito no solo es fomentar la participación femenina, sino abrir puertas para que ellas puedan brillar y ser referentes visibles en el gaming.
Como mujer y líder, creo firmemente que abrir la puerta es solo el primer paso. Una vez dentro, es fundamental apoyarnos, visibilizarnos y tender la mano para que otras también puedan llegar. Solo así creamos una cadena de apoyo que multiplica las oportunidades y fortalece a toda la comunidad. Cada persona debe encontrar un entorno que promueva su desarrollo integral, seguridad y reconozca su valor. El cambio real nace de la combinación de datos, escucha activa y acción estratégica para crear oportunidades que transformen la industria.
Hace poco Lima fue sede de un torneo femenino de e-sports, que superó todas las expectativas. Equipos liderados por mujeres que demostraron un talento excepcional, partidas llenas de emoción y una comunidad que se fortaleció y amplió con entusiasmo. Este torneo confirmó que cuando se abren oportunidades reales para las mujeres en el gaming, la industria no solo se diversifica, sino que se enriquece y crece en toda su potencialidad.
El gaming no es solo entretenimiento, es cultura, comunidad e industria. Si queremos un futuro más equitativo y diverso, debemos apoyar, visibilizar y crear espacios para todas las voces, especialmente las que históricamente han sido silenciadas.
Este es un llamado a empresas, organizaciones y a la sociedad en general: apoyemos iniciativas que derriben barreras, promovamos ambientes seguros y reconozcamos el talento sin importar el género. Solo así el gaming podrá cumplir su verdadero potencial como plataforma inclusiva, innovadora y diversa.
Porque cuando las mujeres ocupan espacios, el juego cambia para todos. ¿Estamos listos para ser parte de ese cambio?